Romance vs. realidad: ¿cómo lanzar un negocio exponencial?

ASEA
5 min readOct 23, 2020

¿Por qué fracasan la mayoría de las startups? ¿Por qué el 90% de los nuevos emprendimientos no logra superar el famoso “valle de la muerte”, es decir, el punto de equilibrio en el que se empieza a generar rentabilidad?

Si bien cada emprendimiento es diferente, hay tres grandes causas que suelen asociarse al fracaso en la etapa temprana:

  1. Falta de acceso a capital. “No tenía inversores que me apoyaran”
  2. Falta de acceso al talento. “La idea era buena, pero no tenía acceso al talento ni equipo”
  3. La idea era demasiado buena. “Lancé la empresa demasiado temprano y el mundo aún no estaba preparado”.

Todas estas razones son factibles, pero la realidad es que la principal causa de fracaso es la falta de product-market fit, es decir, nuestro producto o servicio no satisface una demanda real del mercado. Vale la pena preguntarnos: ¿qué necesidades tienen nuestros clientes? ¿Qué desafíos están enfrentando y cómo? ¿Existe ya una solución para esos problemas o mi propuesta de valor haría que su vida fuera mucho más fácil?

Con esto en la cabeza y tras haber lanzado más de 50 compañías al mercado, Rokk3r, el company builder con sede en Miami, creó una metodología para ayudar a innovar tanto a emprendedores como a empresas ya establecidas. Compuesto por cinco pilares, el modelo de Rokk3r está pensado para identificar nuevas propuestas de valor y modelos de negocios, mitigar riesgos, minimizar los costos y, en definitiva, asegurarnos de que nuestra propuesta de valor tenga una oportunidad real en el mercado. Lo mejor: hace poco crearon un curso online gratuito (en español) para compartir esta metodología y empoderar a más emprendedores de Latinoamérica.

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Dictado por Lorenzo de Leo, partner de Rokk3r y responsable del crecimiento y expansión de las compañías en los mercados internacionales, el curso ofrece más de cuatro horas de contenido en videos cortos, tipo snack, de no más de 10 minutos cada uno. Así, explora los cinco pasos de la metodología y aborda cuestiones como:

  1. Visión: cómo construir tu propósito teniendo en cuenta el modelo de negocio y la competencia.
  2. Producto: cómo entregar al mercado algo de valor.
  3. Ejecución: cómo validar las ideas y crear un equipo.
  4. Crecimiento: cómo trazar la estrategia y medir el impacto.
  5. Capital: cómo maximizar el uso de capital y captar inversores.

Además, ofrece muchas herramientas prácticas y online para que puedas bajar a tierra todos los conocimientos aprendidos y entender cómo accionar desde tu propio emprendimiento.

Ping pong con Lorenzo de Leo

¿Cuál es el concepto romántico asociado al emprendimiento que más alejado está de la realidad?

Esa idea de que lo único que necesitás para emprender con éxito es tener pasión y no desistir nunca. Si bien eso es cierto -sin pasión no hay éxito-, también crea la falsa ilusión de que no hace falta prepararse, experimentar, tragarse el orgullo y pivotear mil veces. Incluso saber abortar si es necesario.

Pongamos el ejemplo de Google. La leyenda cuenta que los fundadores se toparon con un “no” más de 300 veces cuando estaban levantando las primeras rondas de capital. Pero no desistieron y en el pitch número 361, por decir, obtuvieron una respuesta positiva. Todos conocemos el resultado: levantaron plata, armaron Google y ahora es una de las tres compañías más poderosas del mundo. Los fundadores tenían esa pasión, por eso no aceptaron un “no” como respuesta, pero solo eso no es suficiente. La razón principal por la que pudieron levantar dinero es porque tenían una buena idea, gran tecnología y era el momento propicio.

Por otro lado, en muchos casos la pasión -o el exceso de pasión- es malo porque empieza a ser soberbia. Cuando crees demasiado en vos mismo, en tu idea o producto corrés el riesgo de no ver la realidad. Hay demasiados emprendedores que están tan enamorados de su idea o producto que trabajan con los ojos cerrados para luego lanzarse y darse cuenta de que al mercado no le interesa o no necesita lo que están ofreciendo. O como esos emprendedores que no levantan dinero porque “los inversionistas no entienden la visión o no ven el valor”. Hay que ser humildes, validar con experimentos, usar la data. Si la data va en contra de lo que pensábamos, hay que saber pivotear.

¿Qué tres preguntas debería hacerse todo emprendedor que recién empieza para entender si está ofreciendo valor al mercado?

En primer lugar, ¿cuál es el problema que estás solucionando? La clave es generar valor, hacer algo que el usuario pueda apreciar. Normalmente eso significa solucionar un problema.

Segundo, generar valor significa crear una transformación. Un cambio de hábito. “Antes tardaba una hora, ahora con este nuevo producto tardo cinco minutos”, o “antes tenía que ir a cuatro sitios diferentes para hacer lo que necesitaba hacer, ahora lo hago en un único sitio o desde casa”. “Antes me costaba $40, ahora $2 y es más rápido”. Entonces la pregunta es: ¿qué transformación estás generando en/para el usuario? ¿Cuál es el trabajo que tu producto, servicio o solución está llevando a cabo para el usuario?

Por último: Si tu producto o solución dejara de existir, ¿algún usuario se daría cuenta? ¿Lo echaría de menos? ¿Lo echaría en falta?

¿Cómo identificamos si nuestro negocio tiene la capacidad de crecer de manera exponencial?

Aunque ataquen un problema que vos percibís como local (por ejemplo, el tráfico en tu ciudad o la contaminación), es importante preguntarte si ese problema afecta a más gente a nivel global. No hay solución exponencial si el problema no es “grande”.

Si impacta a nivel global, lo siguiente es ver cómo la solución se puede aplicar a esos lugares y evaluar cuánto habría que modificarla para aplicarla. Por ejemplo, una solución que dependa de regulaciones locales, como ciertos seguros o soluciones médicas, puede que no se pueda exportar tan fácilmente, mientras que en general todo lo que tenga una base tecnológica (data, inteligencia artificial, etc.) es fácilmente aplicable a otros lugares.

Otro factor clave es el potencial de generar viralidad: evaluar si es posible incentivar a tus usuarios a que te ayuden a crecer, se conviertan en embajadores, recomienden tus productos o vendan por vos.

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